Ricardo cayó el 20 de junio de 1915 en San José haciendo malabarismos,
siendo pionero y primer mártir de la aviación civil en el Uruguay.

... la ciudad vibraba con maniobras aéreas de Cattáneo y de Detomasi…
"Mercedes ha sido la cuna de héroes de la aviación que buscando alturas encontraron la gloria y la tragedia en un mismo instante"

Velorio de Detomasi, Teatro Macció
La Escuela N° 102 se encuentra a pocas cuadras de donde sucedió la tragedia, la cual marcó la historia en la aviación civil uruguaya.
Tenía tan solo 24 años Detomasi cuando sucedió la tragedia en San José. En aquel nefasto 1915 el mercedario hacía prodigios de acrobacias con un aparato de muy limitadas cualidades de sustentación y maniobra, entre las cuales se incluía el looping, superable más por la habilidad del piloto que por las propiedades aerodinámicas de la máquina. Hasta que se produjo el quiebre. Ricardo Detomasi cayó en San José.
Cuando el fatídico 20 de junio de 1915 - Ricardo falleció tras breve agonía- ante el horroroso testimonio de miles de ojos que
vieron el descenso mortal, la noticia corrió veloz por el país.
Cuando el fatídico 20 de junio de 1915 - Ricardo falleció tras breve agonía- ante el horroroso testimonio de miles de ojos que
vieron el descenso mortal, la noticia corrió veloz por el país.
Un impresionante cortejo trajo por tren hasta Mercedes el cuerpo.
El cortejo hacia la tumba fue la manifestación más multitudinaria y penosa que registren los anales de la ciudad. El mito Detomasi está intacto. Es que su recuerdo se ha transformado asomando la leyenda en los hechos reales y heroicos. Existen mitos que se derrumban por la acidez y la depuración histórica, encargada de borrar lustres contenidos a una mano sola, a veces clandestinos. Detomasi laudó con su vida y con su muerte, la autenticidad de una trayectoria exigua y próspera. Vive. Es un mito real
Ricardo Detomasi Martegani al que evocamos cuando pasamos por San José, zona de la estación vieja, Avda. Larriera y M.Rodríguez . Uno se sensibiliza ante el simbolismo de un obelisco donde está posada una escultórica águila caída de gran nobleza artística, con un ala quebrada. El notable monumento fue obra del josefino Dardo Salgueiro Della Hanty cuando a sus 32 años lo inauguró un 23 de setiembre de 1934. Está en el mismo sitio desde donde partió el Exodo del Pueblo Oriental el 23 de octubre de 1812, cantando en su momento por el penoso derrotero hacia el Ayuí el cielito de Bartolomé Hidalgo “…al Salto volad…” Y vaya con la casualidad que Ricardo en su vida joven puso audacia e intuición vocacional al servicio de una actividad tan novicia e incierta , casi desconocida por aquellos años, de tanta posterior importancia civilizatoria ”…al Salto volad!!”…claro….
La Escuela N° 102 de San José de Mayo se denomina así